jueves, 26 de mayo de 2016

Flash: "Bosque mágico"

Un maravilloso bosque de madroños escondido del mundo...

A veces, sin haberlo planeado, sin esperarlo, suceden cosas extraordinarias. En un momento, traspasamos la realidad y nos encontramos en otro mundo, un mundo mágico que nos habla en un idioma distinto, que nos susurra secretos escondidos en el tiempo, que acaricia nuestros sentidos con suaves e ignotas brisas... Naturaleza en estado puro que busca en lo más hondo de nosotros nuestro origen, nuestro yo primigenio...

Nos vemos.

martes, 24 de mayo de 2016

Noches musicales: “Manolo García… Todo es ahora”

Bueno, para empezar tengo que decir que no puedo estar más de acuerdo con el nombre del último trabajo de Manolo García: “Todo es ahora”. Una auténtica declaración de intenciones con la que comulgo a pies juntillas…

Y, ahora, ¿qué decir? pues que el pasado sábado, al amparo de mi queridísima Raquel, aterricé en el concierto que Manolo García ofrecía en el Barclaycard Center de Madrid y que fue, sencillamente, genial.

Cierto que han pasado los años y que Manolo, como todos, ha cumplido añitos y que ya no es lo que era pero, aún así, sigue dándolo absolutamente todo en el escenario, impregnando cada momento de su filosofía, sincerándose con su público, hermanándose con él y eso es maravilloso.

Es de esas personas que te hace sentir en casa, cosa que no suele ser habitual. Y, por supuesto, que te roba sonrisas casi a cada momento durante su actuación, con sus complicidades y volviendo locos a los de seguridad, que tienen que perseguirlo por todas partes, porque a Manolo le encanta acercarse a su público, sentirlo, tocarlo…

 
Y, bueno, el concierto en sí, como siempre, con un sonido muy cuidado, un repertorio que tocó lo nuevo, con los músicos estadounidenses con los que grabó su último disco, y con sus músicos de siempre, una segunda parte en la que hizo un recorrido por sus anteriores discos y algunas canciones de “El último de la fila”, entre ellas “Insurrección” no podía faltar.

Con ello, satisfizo a todos. A sus incondicionales de siempre y a los que se han enganchado al carro en los últimos años… porque, entre el público, había de todo, desde chavales con 20 años hasta chavales de cincuenta y tantas primaveras…

Y, para terminar, hacer referencia al pedazo de escenario que teníamos delante. Una auténtica maravilla, parecía la selva… Todo él era un jardín tropical que hacía las delicias a nuestros ojos, sabiamente iluminado obtenía carta de naturaleza, trasladándonos a lugares paradisíacos…

Así que sí, fue un regalo maravilloso poder asistir a este pedazo de concierto y hacerlo, además, en la mejor de las compañías.

Muchas gracias, chicas.


Hasta pronto.

viernes, 20 de mayo de 2016

Mi pequeño paraíso: "Flores, flores... (1)"

¡Oh! ¡El jardín, el jardín! Cuánto trabajo nos da, pero cuánto lo disfrutamos, sobre todo cuando empieza el buen tiempo, porque en invierno no queremos ni asomar la naricilla por la ventana.

La verdad es que cuando atacamos cambios estructurales en nuestro jardín el trabajo es ingente y cuando realizamos los trabajos de mantenimiento, también, ¿para qué engañarnos? Pero quienes tenemos jardín y no contamos con quien nos lo cuide, ya sabemos lo que hay y, si no, haber pedido otra cosa ¿no es así?

Con la llegada del buen tiempo, el jardín nos pide y nos da flores, así que hoy vamos a hablar de flores. De todos los tipos y de todos los colores, de las que quieren sol y de las que prefieren un poquito de sombra.

Podemos encontrar flores en muchas plantas, arbustos y árboles y, seguramente, la primavera y el verano son las épocas en las que más se prodigan, aunque también podemos encontrarlas en otoño e invierno.

Como siempre, debemos tener en cuenta el lugar en el que vivimos, claro. No es lo mismo estar a una latitud de 5º que a una de 40º (Norte) como es mi caso, ya que en una latitud de 5º la estacionalidad no nos la dan las temperaturas sino las lluvias. En las latitudes templadas, como es el caso de la Península Ibérica, temperaturas y lluvias propician una estacionalidad muy marcada, agravada además si vivimos en zonas de interior, alejadas de la costa donde el efecto del mar suaviza la temperatura.

Dicho esto, y sabiendo que nos ubicamos, por lo menos en mi caso, en la cara sur de las sierras de Somosierra y Ayllón, pues sabemos que la crudeza del invierno no nos permite disfrutar de aquellas plantas que son sensibles a las heladas como las preciosas buganvillas, por ejemplo, las espectaculares fucsias o, como no, las preciosas lantanas. Ya que aunque las plantemos en la primavera, con la llegada del invierno lo normal es que se nos mueran.

Ahora bien, tenemos otras plantas de flor que sí resisten heladas suaves, siempre que no sean persistentes, y que tengamos nuestros arbustos plantados en una zona un poco abrigada. Un ejemplo, el bello “callistemon citrinus” o limpiatubos.

Este bonito árbol o arbusto, según sea nuestro gusto, además de resistir los rigores del invierno de nuestra zona, es perenne con lo que mantiene su color verde-grisáceo durante todo el invierno, regalándonos sus originales flores durante la primavera y el otoño, incluso más.

En cuanto a las exigencias de terreno y riego, bueno, no son excesivas. Se adapta a casi cualquier tipo de suelo, aunque prefiere los ácidos. Sus necesidades de riego, las normales, agua en verano con cierta generosidad y en invierno, lo que da el clima. Si la sequía es muy acusada, un poco de riego no le viene mal.

Es sensible a algunas plagas como el pulgón, la cochinilla y la araña roja, que deberemos controlar usando productos específicos para este tipo de plagas y poco más. Como vemos, una bonita opción para nuestro jardín.
 
Podemos, también, optar por las plantas anuales o de temporada. En el otoño y el invierno, una opción muy bella son los ciclámenes, aunque es cierto que si hay muchas heladas no florecerán mucho, por lo que es mejor ponerlos al abrigo. Las prímulas también son una maravillosa opción que iluminarán nuestro jardín durante las épocas frías y, cómo no, los pensamientos. En verano, en cambio, las petunias suelen ser las reinas, inundando nuestro jardín de color y, seguramente, de pulgones ¡qué le vamos a hacer! Geranios, margaritas, verbenas… Bueno, lo cierto es que hay muchísimas opciones, pero este post se está alargando demasiado con lo que…


Nos vemos pronto.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Mi pequeño paraíso: "Euphorbia lathyris o hierba topera"

Veréis, cuando una vive en un medio natural, quiero decir en mitad del campo, las plagas son algo habitual en el jardín con lo que hay que convivir. Lo malo es cuando estas plagas se convierten en algo incompatible con el desarrollo de nuestras plantas.

En mi caso, lucho con estas plagas como puedo, intentando ser lo más respetuosa posible con el medio natural. Ahora bien, debo decir que mi batalla más dura fue la que tuve que librar contra los topillos hace un par de años. En aquella ocasión conseguí librarme de ellos, pero ahora han vuelto a aparecer.

Entre los medios más recomendables y más ecológicos para expulsar a los topillos de nuestros jardines hay dos que, generalmente, y dependiendo de las circunstancias suelen funcionar.

El primero de ellos consiste en un aparato que emite un pitido de forma periódica y que, al aparecer, los incomoda lo suficiente para que se marchen a otro lado. El problema radica en que cuando se acostumbran al sonido, este medio deja de ser eficaz.

El segundo sistema lo encontramos en la naturaleza y es una planta que, al parecer, y digo esto porque es cierto que durante los dos años que la tuve en mi jardín los topillos no aparecieron, los obliga a marcharse ya que no les gusta el olor de sus raíces, tóxicas por otra parte. Esta planta es la “Euphorbia lathyris” o “hierba topera”. El problema es que es muy difícil de conseguir y, en mi caso, imposible de reproducir aunque parece que no es complicado.

Ahora, después de dos años, me encuentro buscándola para plantarla en varios sitios si es posible, después de haber instalado de nuevo mi aparato de sonidos.

Cuando estos métodos no funcionan, nos vemos obligados a recurrir a otros no tan ecológicos y algo más extremos, pero eso lo dejo a vuestra imaginación y conciencia.

Ya os contaré si logro resultados esta vez.

Nos vemos pronto.

Mi pequeño paraíso: "Pesadilla primaveral: las malas hierbas"

Bueno, bueno, parece que la lluvia nos da una tregua y llega la soleada primavera que tanto añorábamos. Claro que con este tiempo se impone trabajar, y mucho, en el jardín para dejarlo todo a punto de cara al verano. Y ¿por qué? Primero, porque durante el verano es cuando más disfrutamos de nuestro jardín, sobre todo los que vivimos cerca de la sierra, ya que es cuando las temperaturas acompañan más, sobre todo por las noches y, segundo, porque precisamente durante el día hace mucho calor y trabajar en el jardín se hace casi imposible.

Así que, después de lo ya dicho, os imaginaréis qué es lo que he estado haciendo durante este fin de semana ¿verdad? Pues sí, no os equivocáis, he estado poniendo a punto el jardín, avanzando en las modificaciones estructurales y, también, limpiando de malas hierbas cada uno de los rincones de mi pequeño paraíso. Y, os aseguro que estaba lleno de ellas, las lluvias de las últimas semanas han sido una bendición, sí, pero también una pesadilla.

Como sabéis las malas hierbas son esa maldición con la que los propietarios de jardines debemos lidiar de forma permanente. Generalmente, en invierno nos dejan descansar ya que casi todas las plantas entran en reposo con el frío y digo casi todas… Pero en cuanto la temperatura se eleva un poco y si encima hay humedad la tregua acaba. Acabar con las malas hierbas es imposible, siempre aparecen nuevamente, tal vez con menos fuerza, pero ahí están, o, tal vez, acabemos con una variedad pero siempre aparece una nueva… Y lo peor es que a veces toman esa apariencia tan encantadora, con sus florecillas de colores y nos engañan…

Pues lo dicho, contra estas pequeñuelas, y no tan pequeñas, lo único que nos queda es quitarlas una por una, intentando para ello eliminarlas de raíz como ya sabéis, haciéndolo si es posible antes de que empiecen a repartir sus semillas a diestro y siniestro, porque si no ya sabemos lo que nos espera… También, a veces, se recurre a los herbicidas, pero lo malo de esto es que son químicos, matan todo lo que pillan y, como imagináis, no son nada ecológicos y muchas veces provocan más mal que bien.

Otras medidas a tomar contra las malas hierbas es recurrir a las mallas antihierbas y a los acolchamientos con corteza de pino, gravas, cantos, etc. Las mallas antihierbas son bastante eficaces aunque, como siempre, hay hierbas que pueden con ellas, como la grama. Esta mala hierba es tan vigorosa que perfora la malla y sobresale por encima de ella, siendo además muy invasiva. Lo ideal es acabar con ella antes de poner la malla y, después, añadir un acolchamiento, el que más nos guste o se ajuste al diseño de jardín que hayamos escogido.


Así que, como veréis, soluciones definitivas ninguna, algunas más eficaces que otras pero nunca debemos dejar de vigilar ya que, donde menos lo esperemos, ahí atacarán. Con lo que, ya sabéis, cuando antes comencéis la batalla, más probabilidades tendréis de tener una jardín limpio de malas hierbas o casi… Mucho ánimo.