martes, 15 de marzo de 2016

La butaca: "Mustang"

Azares del destino, no estaba previsto que yo viera esta película este fin de semana pero, sin pensarlo, me encontré en la sala de cine esperando el comienzo de "Mustang".

La premiada en los Goya, como mejor película europea, y también nominada a los Oscar como película de habla no inglesa, no defrauda. Promete dulzura, inocencia, frescura, drama y tragedia y todo nos lo ofrece en sus 97' de duración.

Deniz Gamze Ergüven es una joven directora de cine turca que ha construido un auténtico alegato feminista con esta película, denunciando, como solo pueden hacerlo aquellos que conocen de primera mano una situación, la realidad de las adolescentes turcas en las zonas más deprimidas, alejadas de las ciudades.

En "Mustang" todo es luz. Escenas iluminadas no solo por el sol, sino también por las risas de cinco hermanas huérfanas que, según su edad y sus circunstancias, van pasando de la niñez a la adolescencia de una forma traumática, de los juegos inocentes a los matrimonios concertados, sin solución de continuidad. La inocencia es la protagonista absoluta en sus primeros pasos, para llegar, según avanza la película, a la más completa de las desesperaciones.

Es verdad, que la directora en su forma de presentar el devenir de los acontecimientos ha asignado papeles, tal vez, demasiado estereotipados y que no dan lugar a las contradicciones pero, también es cierto que en sociedades como la que nos muestra "Mustang", tan encorsetadas por religiones y costumbres los estereotipos son más habituales de lo que nos gustaría... Bueno, y en otras también.

Con esos pequeños defectos, "Mustang" es una película que nos llega al corazón, que nos habla de injusticia, intolerancia... y que apela a nuestra solidaridad y nuestra rebeldía.

Belleza y denuncia en un filme que, tal vez, no sea redondo pero que nos atrapa desde su primera escena.

Hasta la próxima.

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