lunes, 15 de febrero de 2016

La butaca: "Carol"

Creo que la de ayer fue una de las películas más bellas que he visto en los últimos tiempos, no solo porque esté realizada con la más sutil de las delicadezas y el tempo perfecto en cada escena, sino porque la interpretación de Cate Blanchett es absolutamente sublime, tal vez, la mejor de su carrera. Su pose, sus palabras, el tono de su voz, la forma de moverse, todo en ella es sencillamente impecable. La actriz ha sabido crear un personaje sofisticado y a la vez sincero y sensible que encuentra en Therese la inocencia y dulzura de la juventud. Por supuesto, Roony Mara ha plasmado esas cualidades magníficamente en su personaje.

Así, ambas actrices han sido merecidamente nominadas al Oscar. Cate Blanchett por el papel de Carol en el que, francamente, creo está a la altura de la nominación y del premio y Roony Mara, como Therese, dando el contrapunto perfecto y creando un tándem que, por sí solo, da sentido a la película.

 
Pero “Carol” no es solo la interpretación de sus dos protagonistas, es mucho más, es la historia de dos mujeres que se rebelan, desobedecen las normas preestablecidas y deciden ser, por encima de todo, ellas mismas. Ambas son valientes, inteligentes y apasionadas y, aunque el corsé de la sociedad americana de los 50 pretenda anularlas y convertirlas en las típicas mujeres americanas con cinturas esbeltísimas y trajes perfectos, bellas e inalcanzables, destinadas a ser un bonito adorno junto a su marido, saben romper con esa imposición y ser libres para vivir su amor.

Esta elección supondrá para ambas renuncia e, incluso, vergüenza al tener que enfrentarse, en el caso Carol, a acusaciones sobre su dudosa moralidad. Aún así, la entereza y el valor con las que afrontará los retos a los que parece empujarla el destino es, sencillamente, perturbador.

Creo que Todd Haynes, el director de la película, ha sabido lidiar con estas dos actrices en "estado de gloria" creando una ambientación perfecta, manejando con virtuosismo la contención en cada escena, dirigiendo esos juegos de miradas y gestos que convierten a "Carol" en una auténtica joya. Por supuesto, tanto la fotografía de Edward Lachman, como la banda sonora creada por Carter Burwell, ambas candidatas al Oscar, han ayudado a que el director haya realizado una película redonda en la que nada sobra y todo nos envuelve y nos obliga a entrar en ese mundo. 

Como ya os decía en entradas anteriores, hay películas que ves desde la distancia y otras en las que te sumerges por completo, "Carol" es de las últimas. Es, por tanto, una película que vives en tu propia piel con momentos que emocionan hasta lo imposible haciendo derramar lágrimas de pura comprensión y empatía. Una película que queda grabada en la retina y en el corazón y que te hace salir del cine con una sensación de plenitud maravillosa. Optimista a pesar de las circunstancias y, sobre todo, liberadora.

Nos vemos.



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