lunes, 8 de febrero de 2016

Mi pequeño paraíso: "Introducción"

Por aquí de nuevo y como lo prometido es deuda y os dije que este blog iba a ser variadito, hoy os voy a hablar de jardinería, por cambiar de tercio.

Desde hace años vivo en una casa en el campo y mi humilde vivienda cuenta con unos metros de terreno en los que viven apaciblemente, siempre que el clima cada vez más adverso lo permite, distintas especies de árboles, arbustos, plantas y flores.

Hace un tiempo decidí hacer un cuaderno, como una especie de inventario, en el que incluir todo aquello que he ido plantando a lo largo de los años, con sus características, necesidades y especificaciones…

Como las personas, cada árbol o arbusto, cada flor, tiene unas necesidades específicas, en este caso, de luz, agua, suelo, etc. y si pretendemos tratar a todos ellos de una forma homogénea acabaremos fracasando en nuestro empeño y sintiéndonos enormemente frustradas.

Debo decir que el ensayo-error suele ser el pan nuestro de cada día cuando decidimos crear nuestro propio jardín y esto es porque, aunque seleccionemos previamente todo aquello que queremos plantar, siempre hay sorpresas.

Mi jardín, además, ha sufrido cambios estructurales derivados de modificaciones realizadas en los espacios de la parcela. Previamente había establecido un jardín que se basaba fundamentalmente en el césped que, siendo bonito y agradable, teniendo en cuenta nuestro clima no me parece la opción más recomendable, ni desde el punto de vista ecológico ni desde el punto de vista económico.

Esta premisa, principio o como se le quiera llamar, me ha llevado a ir reduciendo de manera sistemática los metros cuadrados de césped y, por supuesto, me ha obligado a idear formas de cubrir los espacios y a plantar diferentes especies que conformaran un entorno armónico, agradable y más sostenible. Aquí tenéis una muestra.


Ni que decir tiene que, a día de hoy, el jardín sigue en proceso de construcción, aunque cada vez queda menos y ya se ve en el horizonte su finalización en lo que a estructura se refiere. Después quedará lo que siempre queda, su mantenimiento que también conlleva una considerable cantidad de trabajo.

Lo bueno de ese trabajo, por lo menos para mí, es que aunque resulte duro es muy, muy gratificante. El hecho de plantar y ver crecer es realmente hermoso y agradecido. Cuando en un día soleado sales por la mañana y te dedicas a pasear viendo como evolucionan todos esos árboles, esas plantas, como florecen y se agostan esperando un nuevo florecimiento es una experiencia maravillosa. Realmente, en ese aspecto me considero una privilegiada.

Pues bien, poco a poco iré desgranando en estas entradas información sobre las diferentes especies que he ido instalando lo más cómodamente en este pequeño trocito de paraíso que es mi jardín. Espero que os guste...

Hasta pronto.


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